El 26 de septiembre de 2016  se firmó el Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP), tras cuatro años de negociaciones en La Habana, Cuba.  Este histórico pacto abre una nueva etapa para la convivencia entre las y los colombianos y marca el rumbo hacia la construcción de una paz sostenible. Este conflicto de más de cinco décadas dejó a más de 200,000 víctimas que sufrieron los impactos de la violencia armada.

El acuerdo contempla el diseño y la aplicación de varias medidas de justicia transicional que pretenden responder a los derechos de las victimas a la justicia, verdad, reparación y garantías de no repetición. Estas medidas solo se pondrían en marcha si el acuerdo era ratificado en el plebiscito nacional que tuvo lugar el pasado 02 de octubre.

Sin embargo, el 50.2% de los votantes rechazaron el acuerdo, mientras que 49.7% votaron por el “sí”. En una votación con un 60% de abstencionismo, Colombia debe enfrentar ahora la tarea de buscar una nueva fórmula para la paz. El presidente colombiano Juan Manuel Santos, declaro que seguirá buscando la paz “hasta el último minuto de su mandato”