El día jueves 6 de junio, en la ciudad de La Antigua Guatemala, finalizó la 43ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA). Este año la reunión anual de cancilleres de todos los países de América (menos Cuba) era de especial relevancia por varias razones: por un lado, el tema central de la Asamblea era la política de la región frente a las drogas[1]; un tema espinoso, donde hay posiciones bastante distintas y hasta contradictorias entre los Estados miembros de la OEA. Por otro lado, y en relación con el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, esta reunión “tomaría el pulso” de los Estados en torno a la reforma del Sistema, después de dos intensos años de discusión, debates, propuestas, reformas y una Asamblea General Extraordinaria realizada en marzo pasado con la que formalmente concluyó el proceso de reflexión sobre la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Adicionalmente, se esperaba la discusión y aprobación por la Asamblea de una resolución que abordaría el tema, aunque no se sabía cómo; y, lo más importante, en esta Asamblea se elegirían tres personas para integrar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos del 2014 al 2017.
Los países que presentaron candidatos a la CIDH fueron Colombia y México (para la reelección), Brasil, Ecuador, Estados Unidos y Perú. La campaña para promover a sus candidatos fue asumida con mucha energía por estos Estados. Con la finalidad de darle mayor transparencia al proceso, la OEA organizó en mayo pasado un foro público, en su sede, con todos los candidatos, quienes se presentaron y respondieron preguntas de los representantes estatales y de la sociedad civil. En este contexto, llamó la atención la gestión particularmente proactiva del canciller ecuatoriano, quien –de acuerdo con la información que se encuentra en la página web de la Cancillería ecuatoriana[2]– durante los últimos meses visitó buena parte de los países de la región para promover la continuación del diálogo sobre la CIDH y la aprobación de reformas a este órgano, y –suponemos–, para promover también su candidato a la Comisión. Junto con Bolivia, Ecuador había promovido una segunda reunión de Estados Parte de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que se llevó en Cochabamba el 14 de mayo pasado.
Ecuador había invertido considerable tiempo, recursos y personal, y llegó a la Asamblea General dando por segura la elección de su candidato y el apoyo de sus iniciativas. Pero esto no ocurrió: ni el candidato ecuatoriano fue elegido, ni la propuesta de resolución presentada por Ecuador fue aprobada.