Las desapariciones forzadas y otras formas de desaparición en América Latina han sido una práctica generalizada, con objetivos políticos y criminales, en contextos de pasadas dictaduras como en Argentina o Chile, conflictos armados como en Perú o Guatemala, o violencia sistemática como en México. A la privación de libertad le sigue la negativa a revelar la suerte o el paradero y, en consecuencia, estas personas quedan fuera de la protección de la ley.
Aún hoy, cada año desaparecen personas en países como México o El Salvador, y en su mayoría estos casos no son adecuadamente investigados. Las mujeres son especialmente afectadas por este crimen y rara vez son localizadas vivas o muertas. La impunidad crónica alienta su repetición.
En DPLF contribuimos a la difusión y aplicación del derecho y jurisprudencia internacionales sobre desapariciones, así como al desarrollo de estándares sobre la materia. Este esfuerzo se materializa a través de investigaciones, cabildeo y asistencia técnica a instituciones estatales encargas de la búsqueda de personas desaparecidas, como la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas en el contexto del conflicto armado en El Salvador (CONABÚSQUEDA). Facilitamos también el intercambio de experiencias y aprendizajes con otras instituciones de similar naturaleza en México, Colombia y Perú.
Asimismo, colaboramos con organizaciones de derechos humanos que trabajan la temática de las desapariciones y organizaciones de familiares en la región, para el intercambio de experiencias y aprendizajes y el fortalecimiento de sus capacidades de incidencia y de trabajo en coaliciones o redes.